Limonenses se hartaron de promesas y dejaron entrenamientos por atrasos salariales

El presidente de la Asociación de Jugadores Profesionales de Costa Rica (ASOJUPRO), Alejandro Sequiera, confirmó que tienen pruebas de considerables atrasos de salario a toda la plantilla del primer equipo de Limón FC procedentes de tres diferentes administraciones.

“Corroboramos que hay atrasos salariales de administraciones que vienen desde hace un año con Andy Herron, luego pasó el señor Viveros, y el nuevo administrador que tomó al equipo en el último mes”, dijo.

Sequeria añadió: “En promedio son dos meses de salario, tenemos firmado por todos los jugadores lo entregado al club el 7 de agosto, se dieron dos días para que se pusieran al día y no pagaron pero luego les dijeron miércoles, y ese día recibieron 150 mil colones que no abarca el salario debido”.

De acuerdo a este jerarca, la administración actual les ha prometido el pago pero no han cumplido y la situación ya se volvió tan insostenible que decidieron dejar los entrenamientos hasta que se resuelva la situación completa.

“Los muchachos agotaron la promesa de que les van a pagar, a ponerse al día y han jugado los partidos. La situación ha crecido y decidieron parar para definir quién está administrando al equipo para el pago”, indicó.

Sequeira comentó que se hizo un apercibimiento, se esperó más de la cuenta y no ha habido nadie responsable a pagar todo, entonces hicieron un llamado al señor Pascal para que revise las administraciones.

“Hemos aconsejado al equipo realmente parar para que haya una reacción con ellos, ya no tiene medios de cómo llegaron y nos preocupa que no vemos quién maneja el timón”, dijo.

Finalmente, en Asojupro revelaron que los futbolistas les reportaron que tampoco les quieren cumplir los contratos firmados cuando estuvo Dennis Viveros, ya que pretenden darles solo el salario mínimo.

“La otra situación es que la nueva administración no quería aceptar los contratos que firmó la representación anterior y quería hacer como salario único de 405 mil que es el salario mínimo de ley, irrespetando contratos firmados. Una cosa es que se respete y otra es que se pague, no se vive de promesas”, finalizó.

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