Van Dijk, campeón y MVP de la final de la Champions

El central holandés, Virgil Van Dijk, completó otro de esos partidos para el recuerdo, digno de enseñar en cualquier escuela de fútbol, y anuló por completo a los delanteros del Tottenham, sólo capaces de inquietar a Alisson, otro de los destacados, con disparos lejanos.

Van Dijk lideró a la defensa red con una autoridad difícil de encontrar hoy en día en el fútbol de élite, más propia del Beckenbauer de los 70 que de un central del siglo XXI.

Con sus 1,93 centímetros de estatura, el holandés ya fue uno de los mejores futbolistas del Liverpool en la remontada frente al Barça en Anfield, anulando y desesperando a Luis Suárez, pero el tamaño de la gesta dejó en segundo lugar su exhibición defensiva. Un despliegue que se repitió en el Wanda, donde incluso aportó también algún desplazamiento en largo majestuoso.

Segundos después del pitido final de Skomina, con los jugadores del Liverpool brazos en alto y abrazándose por el título y los del Tottenham abatidos sobre el verde con lágrimas en los ojos, por la megafonía del Wanda se anunciaba el nombramiento de Van Dijk como MVP.

Premio merecido para él, aunque secundario ante la magnitud de lo que supone siempre levantar una Champions. Más aún, cuando es la primera.

Como el resto de sus compañeros reds, el gigante de Breda participó de las celebraciones sobre el césped con una sonrisa que tardará días en borrarse de su rostro, aclamado también por la grada del Liverpool, portería en la marcó Origi el segundo gol.

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