En Costa Rica hay un tigre que no se puede descuidar porque cuando eso pasa comienza a hacer estragos. Su hábitat radica en el campeonato nacional, su especialidad ha sido devorar a sus presas cuando nadie daba algo por él y su máximo placer es tener en sus garras el título de campeón.
Se trata del Club Sport Herediano, el equipo que durante los primeros partidos del Apertura 2019 muchos aficionados e incluso un gran sector de la prensa no veía altas posibilidades de coronarse campeón del balompié costarricense.
Con Jafet Soto en el banquillo, el “Team” tuvo números muy negativos que dejaban sin un buen sabor a sus simpatizantes y a lo interno del camerino se respiraba tensión y angustia por no obtener los resultados deseados.
Eso no quiere decir que Jafet Soto sea un mal entrenador, pero como pasa en cualquier equipo de fútbol a lo largo del mundo, una mala temporada lo acompañó y tomó la decisión de hacerse a un lado para traer a lo que sería el salvador del Herediano.
Al principio muchos no creían en él por su filosofía de juego que tuvo con el Municipal Pérez Zeledón, se trata de José Giacone, el estratega de origen argentino que llegó a cambiar la historia del Team el pasado 23 de septiembre.
Giacone llegó cuando Herediano pasaba por una turbulencia abrumante: el equipo marchaba en el sexto puesto de la tabla de posiciones con tan solo 19 puntos.
Poco a poco fue convenciendo, generando confianza, atrayendo a sus aficionados y acercó al club a una mejor posición. Dirigió al Herediano durante 15 partidos, de los cuales, ganó siete, empató cinco y perdió solo en tres ocasiones, para un 57% de rendimiento.
José Giacone no solo hizo que Herediano recobrara la esencia ganadora que tanto los ha caracterizado, sino que les devolvió confianza a algunos jugadores importantes que de pronto con Jafet Soto se habían desaparecido.
Algunas de esas fichas fueron: Randall Azofeifa, Óscar Esteban Granados, Gerson Torres y Brian Rubio.
Por ejemplo, Azofeifa llegó a contabilizar 359 minutos con Jafet Soto y en muy pocos de ellos fue estelar; con Giacone recuperó su protagonismo y ayudó al equipo a tener más solvencia en la segunda línea de juego.
Brian Rubio solo había jugado seis partidos con Soto y acumuló 290 minutos. Con Giacone luchó para ser titular, lo logró y fue uno de los goleadores del certamen.
Granados, a pesar de acumular 460 minutos con Soto, no estuvo en todos los partidos (jugó ocho), pero con José Giacone terminó siendo estelar indiscutible al igual que Gerson Torres que, aunque ya no sea aquel jugador desequilibrante, ahora es un futbolista más de marca.
Herediano es el nuevo monarca, pero hay algo más a lo que se debe tenerles respeto y es que se convirtieron en el mejor equipo de la década en el fútbol costarricense.
Más campeonatos nacionales del 2010 a 2019. Obtuvieron siete y a eso se les agrega una Liga Concacaf.
Por su parte, el Deportivo Saprissa obtuvo seis títulos nacionales y una Liga Concacaf, mientras que, Alajuelense, solo consiguió cinco títulos nacionales.
Herediano consiguió el título 28 después de 33 años sin coronarse campeón en el estadio Alejandro Morera Soto.
El 3 de marzo de 1986 el Herediano había quedado campeón en el Morera Soto. El uruguayo, Jorge Alberto Rivaga, fue el encargado de sentenciar la serie a favor de los que en ese momento dirigía Odir Jacques.
El marcador global quedó 0 – 1, pues en el primer encuentro que se realizó en el Estadio Nacional el Team sacó ventaja, mientras que en el cotejo de vuelta terminó con un 0 – 0.
Hay jugadores del Herediano que se caracterizaron por su buen desempeño a lo largo del torneo, lo que les permitió acaparar los focos de atención por parte del Cuerpo Técnico de la Selección Nacional.
Entre esos futbolistas florenses destacan: Keysher Fuller, Esteban Alvarado, Francisco Rodríguez y Keyner Brown.
No todos tuvieron demasiados minutos vistiendo la camiseta patria, pero sus nombres figuraron en las diferentes listas de convocados a la Tricolor.
Como lo dice la canción: “Ninguno pudo con él”, así se reflejó en los últimos partidos que tuvo Herediano en instancias finales.
Derrotaron al Deportivo Saprissa en casa, se impusieron ante Alajuelense en la final y los obligaron a jugar la Gran Final, en la que fueron ordenados y se apoderaron de la ansiedad manuda para llevarlos hasta los penales, en donde Esteban Alvarado se convirtió en héroe y Yendrick Ruíz terminó de liquidar a Alajuelense.
Ahora Herediano celebra su vigésima octava estrella en su historia, llegarán al siguiente torneo con alto orgullo y buscarán volver a ser protagonistas para estar en lo más alto del fútbol nacional.
FOTO: PRENSA / HEREDIANO
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