(EFE) Hace unos días el italiano Roberto Rosetti, mejor árbitro del mundo en 2008, decía que el VAR «ni es perfecto, ni acabará con el debate en el fútbol», pero aseguraba que con él se habrían evitado el 96% de los grandes errores, «esos con los que sueñan los árbitros».
En vísperas del debut del VAR, mañana martes, en la Liga de Campeones, Rosetti habló desde su amplia experiencia como árbitro -internacional de 2002 hasta su retirada en 2010-; como responsable del proyecto que llevó a la FIFA a utilizar el VAR en el Mundial de Rusia 2018 y ahora como jefe de arbitraje de la UEFA desde el pasado agosto.
Al frente de la preparación de los árbitros de la UEFA desde que ésta decidió en diciembre utilizarlo en la Liga de Campeones a partir de ahora y extenderlo luego a otras competiciones, Rosetti está convencido de la ayuda que el videoarbitraje prestará al fútbol.
«Es imposible conseguir el cien por cien de acierto en todas las decisiones, pero será una valiosa ayuda para los árbitros y nos permitirá reducir el número de decisiones incorrectas», aseguró el italiano, consciente de que será imposible evitar la polémica, recrudecida en estas últimas semanas, sin ir más lejos, en la propia liga española.
Con la colaboración del Comité Técnico de Árbitros Español (CTA) y su presidente, Carlos Velasco Carballo, con quien preparó el VAR para el Mundial, la UEFA lleva meses trabajando su utilización.
Los cursos impartidos desde octubre hasta ahora en Holanda, España -en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas-, Lisboa y Málaga han formado a los árbitros con el protocolo de la IFAB, ceñido a los cuatro supuestos ante los que puede actuar -goles, incidentes en el área de penalti, tarjetas rojas y errores de identidad-.
El sello de la UEFA en el VAR hará que los equipos arbitrales sean de la misma nacionalidad, sin asistentes adicionales (jueces de área), y que la sala de control (VOR) esté instalada en los estadios.
En ella, además del árbitro VAR, su asistente (AVAR) y dos operadores de vídeo, también estará un gestor de calidad, que enviará información sobre las revisiones a las televisiones que estén ofreciendo el partido.
En las pantallas de los campos se explicará lo que se está revisando y se amonestará a los jugadores que pidan la revisión del VAR y a quienes interfieran en la misma mientras se realiza.
Hace días la UEFA reunió en Fráncfort (Alemania) a todos los clubes que siguen adelante en «Champions» para informar de sus directrices sobre la utilización del VAR. También se ha esmerado en explicarlas a los medios, como hizo hace unos días en Madrid, con el mensaje machacón de que éste «sólo intervendrá cuando haya una evidencia de error claro».
Éstos pueden ocurrir en lo que define como «decisiones objetivas» -fueras de juego o acciones dentro o fuera del área- o «subjetivas», las que son interpretables -contactos, pisotones, zancadillas, empujones, cargas o manos- por caber dudas sobre si hay deliberación o no.
Ante una posible mano, «una de las pesadillas de un árbitro», «el movimiento, la distancia y la posición del brazo o la mano se toman en consideración por parte del equipo del VAR para juzgar si el contacto es punible, y el árbitro deberá realizar una revisión en el césped».
El VAR puede informar simplemente o pedir al árbitro que acuda a revisar la jugada. La decisión final siempre la tomará el colegiado del partido.
Lo que la UEFA ha pedido a sus árbitros es que retrasen la señalización de sus decisiones ante posibles intervenciones del VAR.
«Queremos proteger el juego» insiste Rosetti, que ofrece cifras sobre la escasa interrupción en éste que supone el sistema.
La intervención del VAR son 35 segundos y la revisión de la jugada 68 segundos. El tiempo efectivo de juego en las últimas cuatro temporadas de la Liga de Campeones fue de 61 minutos y 6 segundos y el balón estuvo parado 33 minutos y 41 segundos, con un promedio de 94 minutos y 47 segundos de duración de los partidos.
En ellas, se registró una pérdida de tiempo de casi 9 minutos por saques de falta, 7 minutos por saques de banda, 6 minutos por saques de puerta, casi cuatro minutos por córners y 3 por sustituciones.
Con todos estos mimbres y con el mismo proveedor de tecnología que se usó en el Mundial, los partidos Roma-Oporto y Manchester United-PSG lo estrenarán con los equipos arbitrales que encabezan el holandés Danny Makkelie y el italiano Daniele Ossato, con Pol van Boekel y Marco Guida en el VAR, respectivamente.
Italia y Holanda son, junto a España, Francia, Inglaterra, Alemania, República Checa, Polonia, Portugal y Turquía, países donde ya hay VAR, sistema que quieren empezar a usar Malta y Eslovenia y que la UEFA extenderá este año a la Supercopa, la fase final de la Liga de Naciones, el Europeo Sub-21 y la fase de clasificación de la Eurocopa de 2020 y la temporada que viene a Champions, desde las eliminatorias previas, y la Liga Europa, desde la fase de grupos.
Tras la exitosa implantación del videoarbitraje en el Mundial de Rusia, el VAR llega a la máxima competición europea.
Según la FIFA, durante el Mundial, gracias al VAR el acierto arbitral se acercó a la perfección (99’2 por ciento). Fue utilizado en más de 400 ocasiones, incluida la final.
El VAR no sólo rectificó decisiones arbitrales en 16 ocasiones, sino que tuvo una influencia directa en el juego. Nunca se pitaron tantos penaltis (29), ni se marcaron tantos goles a balón parado (70, casi un 42 por ciento).