(EFE). El guardameta costarricense Kaylor Navas, que detuvo una pena máxima al burkinés Bertrand Traoré, y el español Pablo Sarabia, que anotó el lanzamiento decisivo, permitieron al París Saint-Germain proclamarse este sábado campeón de la Copa de la Liga francesa, tras imponerse por 6-5 en la tanda de penaltis al Olympique de Lyon.
El título permitió a los del alemán Thomas Tuchel completar el “póker” de títulos domesticos, tras sumar a la Copa de la Liga, las victorias logradas en la Liga, Copa y Supercopa de Francia.
La victoria tuvo como protagonista al portero costarricense Keylor Navas, que tras rozar varios lanzamientos con anterioridad, detuvo el penalti lanzado por el burkinés Bertrand Traore.
Una parada que dejó todo en manos del español Pablo Sarabia que no falló en el lanzamiento decisivo y batió al portero portugués del Lyon, Anthony Lopes, el gran responsable de que el partido llegase a la ronda de penas máximas.
Y es que pese al claro papel de favorito con el que arrancó la contienda el París Saint-Germain, que la pasada semana se alzó con el titulo de Copa ante el Saint-Etienne, no lo tuvo fácil el cuadro parisino, que se vio superado por la fuerte presión que ejerció el Olympique de Lyon desde el comienzo del partido.
Beneficiado por su superioridad numérica en la medular, el conjunto lionés no sólo cortocircuitó el ataque del París Saint-Germain, sino que se apoderó del esférico.
Una circunstancia que limitó el juego ofensivo del cuadro parisino a las acciones del brasileño Neymar, que ausente el lesionado Kylian Mbappé, se convirtió más que nunca en la gran referencia de los de Thomas Tuchel.
De hecho, los dos primeros remates en el encuentro del París Saint-Germain llevaron la firma del internacional brasileño.
Si a los 5 minutos Neymar apostó por la potencia para tratar de batir al portero portugués del Lyon, Anthony Lopes, con un lejanísimo disparo.
Tres después, en el 8, el brasileño tiró de sutileza con una delicada comba desde el borde del área que se marchó fuera por muy poco.
Poco más ofreció en ataque en el primer tiempo el París Saint-Germain, que lo volvió a intentar a los 43 minutos con otro lejanísimo del senegalés Idrissa Gueye, que obligó a lucirse al cancerbero del Lyon.
Tampoco logró generar claras ocasiones de gol el equipo lionés, que encontró en las incursiones del marfileño Maxwel Cornet por la banda izquierda el mejor camino para llegar al área rival.
De hecho, en una carrera de Cornet llegó a los 12 minutos la mejor ocasión del Olympique de Lyon, pero el neerlandés Memphis Depay, que regresaba a los terrenos tras superar una gravísima lesión de rodilla, no acertó con el remate.
Un panorama que no cambió en el arranque de la segunda mitad, en la que Neymar volvió a ser la única noticia positiva del París Saint-Germain.
El brasileño, que demostró su veloz cambio de ritmo con una endiablada internada en el área a los cuatro minutos de la reanudación, en el 50 estuvo a punto de adelantar a los parisinos en el marcador en un lanzamiento de falta al que respondió con una gran parada Anthony Lopes.
Pero la actuación de Neymar no era suficiente para doblegar al Lyon, tal y como entendió el técnico del PSG Thomas Tuchel, que trató de dar una mayor mordiente a su equipo con la entrada al terreno de juego de los españoles Ander Herrera y Pablo Sarabia, que sustituyó a un gris Mauro Icardi.
Cambios que unidos al cansancio físico acumulado por los jugadores logró abrir definitivamente el partido, en el que comenzaron a sucederse las llegadas a una y otra área.
Aunque la mejor ocasión para el Olympique de Lyon llegó a balón parado con un lanzamiento de falta de Maxwel Cornet a los 81 minutos, que obligó a lucirse al portero costarricense del París Saint-Germain, Keylor Navas.
Pero si Navas estuvo espectacular en el remate de Cornet, no menos sobresaliente fue la intervención de Lopes, que cinco minutos más tarde, en el 86, volvió a privar a Neymar del gol tras un sutil remate de cabeza del brasileño.
Ni el empeño de Neymar, ni la perseverancia de Pablo Sarabia, que creo numerosos problemas a la zaga del Lyon con sus constantes llegadas al área, pudieron evitar que el encuentro se marchase a la prórroga.
Un tiempo extra en el que, pese a los cada vez mayores espacios dejados por los dos equipos, exhaustos por el cansancio, ni parisinos, ni lioneses lograron marcar.
Y eso que el París Saint-Germain tuvo la ocasión en el tiempo añadido de la prórroga de evitar la ronda de penaltis en un lanzamiento de falta al borde del área ejecutado por Neymar, que se marchó alto.
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