Gabriele Gravina, nuevo presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), ha condenado los graves incidentes del Inter-Nápoles y los cánticos racistas contra Koulibaly.
«Ya es suficiente, lo que sucedió en los últimos días ya no es tolerable. El fútbol es la herencia de los verdaderos seguidores y, como tal, debe ser defendido de todos aquellos que lo utilizan como una herramienta para crear tensión», señaló Gravina en un comunicado subido a la web de la FIGC.
Aunque en Italia se ha debatido en las últimas horas sobre la posibilidad de suspender el campeonato tras la muerte de un hincha y los episodios violentos y racistas, Gravina cree que el fútbol no se detendrá.
«El sábado se jugará con normalidad, el 29 de diciembre el campeonato no se para. Es una respuesta tangible para quien piensa que algunas actitudes pueden contaminar negativamente nuestro fútbol. He hablado con mis vicepresidentes y el subsecretario, hemos reflexionado sobre lo acontecido y por unanimidad hemos decidido seguir adelante», afirmó el presidente de la Federación.
«Condenamos todas las formas de violencia física y verbal, con la circunstancia agravante de la discriminación racial. No toleramos que dicho comportamiento arruine el Calcio», dijo Gravina.
Matteo Salvini, ministro del Interior y líder ultraderechista, anunció la convocatoria de los dirigentes de los clubes para encontrar soluciones a estos incidentes.
«Espero la máxima severidad en la aplicación de las regulaciones federales sobre los violentos porque está claro que el clima que ha surgido no permite el buen funcionamiento de la competición», sentenció Gravina.
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