Eibar y Levante disputaron hoy un trepidante partido en Ipurua en el que hubo muchos goles y alternativas para los dos equipos, pero que los visitantes supieron terminar mejor con un tanto en el descuento que les dio la igualada (4-4).
Los locales arrancaron el partido con la intensidad que en ellos es habitual, presionando mucho arriba y no dejando respirar al rival.
El Levante aguantaba las acometidas locales en los primeros minutos del partido, buscando y esperando su opción a la contra con la velocidad de Morales, que a punto estuvo de adelantar a los suyos en el minuto 8, pero no acertó a rematar un buen centro de Jason desde la izquierda.
Y el que perdona, lo paga. Así, Enrich adelantó al Eibar tras cabecear un buen centro de Cote desde la izquierda, en lo que estaba siendo un frenético arranque de partido.
Pero dejar dos veces a Morales no es buen síntoma, a la segunda no perdonó, y aprovechó un balón en profundidad para ganar a Paulo, driblar a Riesgo y empatar el partido.
Cucurella lo intentó con su pierna menos buena, la diestra, antes del cuarto de hora, pero su disparo se fue fuera de la portería de Riesgo.
Ambos equipos lo hacían bien en ataque, y se veían algo más renqueantes en defensa, algo inusual en dos conjuntos tan trabajados.
En cualquier caso, el asedio seguía siendo armero, pero la parroquia local temía cuando los de Paco López arrancaban en velocidad, y Riesgo tuvo que salir de su portería para evitar que, otra vez, Morales hiciese un lío a su exequipo.
De hecho, el propio Morales, una pesadilla para la zaga eibarresa, marró un mano a mano tras superar a Ramis en velocidad y perdonó lo que ya parecía el segundo de los granotas.
La afición granota se llevó una alegría al ver cómo en el minuto 25 Rober Pier volvía a adelantar a los visitantes tras una bonita jugada ensayada.
No bajaron los brazos los de Mendilibar, si bien las llegadas no acarreaban apenas peligro para la meta de Oier.
Pese a todo, Enrich la tuvo en sus botas tras una gran jugada colectiva, pero Cabaco se lanzó al suelo providencial para evitar que el disparo cruzado del balear se convirtiese en el empate.
Morales quiso contrarrestar el golpe con una galopada por la derecha y un centro que Jason no acertó a rematar con claridad.
El tramo final de la primera parte fue un toma y daca, con más presencia armera en el área rival, pero con el «runrún» en la grada cada vez que Morales arrancaba una de sus galopadas.
Enrich tuvo en su cabeza el empate nada más arrancar la segunda mitad, tras el décimo saque de esquina del partido, pero su remate, que ya se cantaba gol en las gradas, se marchó por pocos centímetros lejos de la portería de Oier.
Enrich seguía siendo el más incisivo en el ataque armero, y sólo la mala fortuna impedía que la igualada subiera al marcador.
El peligro era constante a favor de los de Mendilibar, y la grada se iba contagiando de la lucha y la entrega de los suyos, haciendo subir los decibelios en Ipurua.
El ataque granota despareció en el primer tramo de la reanudación, y los locales merecían el empate, tanto por entrega como por ocasiones.
Finalmente, en el minuto 56, Escalante cabeceó de forma magistral un centro desde la izquierda después de otra gran ocasión de los armeros que no pudieron culminar a la primera, pero sí a la segunda.
Se abría otro partido para el Levante, aunque no así para el Eibar, que quería mantener la inercia con la que salió del vestuario.
Tanto es así, que Charles fue objeto de un claro penalti cometido por Campaña que no necesitó siquiera de la actuación del VAR, y que transformó él mismo para adelantar a los de Mendilibar en el marcador.
Antes de que a los visitantes les diera tiempo a mover ficha, Charles anotó el cuarto para el Eibar, en lo que parecía la sentencia de un partido tan loco como entretenido, aunque aún quedaban 25 minutos por delante.
El golpe de haber encajado tres goles en media hora parecía haber dejado muy tocado al Levante, que no encontraba soluciones en ataque.
Sin embargo, tan loco estaba el partido, que el Levante volvió a acortar distancias, después de que un disparo de Toño García golpease en el cuerpo de un defensor al tratar de despejar y se colase mansamente en la portería de Riesgo, volviendo a dejar así vivo el encuentro.
Eran unos últimos minutos en los que podía pasar de todo, porque el Eibar dejó un poco de lado la alegría en su juego para centrarse en no perder el botín que tanto esfuerzo le había costado lograr.
Pero al final, el gozo armero acabó en un pozo, cuando los de Paco López aprovecharon en el descuento en saque de falta lateral para lograr la igualada por mediación de Mayoral.
El partido llegó así a su conclusión, y ambos equipos se repartieron los puntos, un resultado que a la postre no es malo para ninguno, si bien los armeros se fueron con peor sabor