Dra. Diana Prieto Murillo
Fotografía: Adriana Ovares
Si usted de las personas que se cuidan con su alimentación, hace ejercicio y aún así no ve cambios en su peso y/o composición corporal, acá le mostramos cinco factores que usted puede estar pasando por alto y que pueden estar interfiriendo con su propósito:
- ¡Lo que comemos está directamente relacionado con cómo nos sentimos!
Pensamientos negativos, autocrítica, baja autoestima, autoagresiones y mala imagen corporal, son sólo algunas de las situaciones que tienen un efecto directo sobre su peso. Se ha demostrado en diversos estudios que las personas que consiguen mantener su peso, tienen una mayor capacidad para manejar el estrés cotidiano, una mayor aceptación de su imagen corporal, asumen la responsabilidad de su vida y manifiestan una mayor estabilidad psicológica. Mientras que aquellos que no consiguen mantener su pérdida de peso recurren a la comida como forma de respuesta a emociones negativas y al estrés; y tienen una reacción pasiva a los problemas. Comer desde la emoción es comer para sentirse mejor, para llenar un vacío. Ante este tipo de situaciones la persona debe examinar su mente y no solo los kilos que pesa. Para la persona que come compulsivamente refugiado en sus emociones, es importante el autocontrol y el seguimiento personal y metódico de sus acciones y emociones. Buscar ayuda, grupos de apoyo o terapia psicológica le ayudará a canalizar sus emociones sin buscar refugio en la comida.
- Estrés
Cuándo se padece de estrés, el cuerpo segrega una hormona llamada cortisol, conocida como la «hormona del estrés». Su tarea consiste en salvarnos la vida. Dicha hormona está presente en numerosos procesos fisiológicos y uno de ellos, es el metabolismo de la glucosa.
Cuándo, de manera inconsciente, el cerebro se siente amenazado por alguna situación que genera ansiedad o estrés, éste reacciona sobre la química corporal. Libera cortisol. Eso aumenta los niveles de glucosa en sangre a fin de elevar la energía que los músculos necesitan para responder. Todo este proceso es necesario en caso de urgencias reales. En esas circunstancias, sí se quema esa energía extra. Sin embargo, cuándo es estrés es sostenido o crónico, no llega a quemarse y se acumula en forma de grasa, y a la vez, aumenta la demanda de energía por parte de las células (porque se quedan sin energía), entonces es cuándo se produce que comamos compulsivamente. Además, el cortisol hace que haya una caída en los niveles de testosterona. Como consecuencia, disminuye la masa muscular.
- Subestima lo que come y sobreestiima lo que gasta
Hay estudios que indican que las personas que padecen sobrepeso u obesidad, tienen a creer que comen menos de lo que en realidad comen. Su percepción de la cantidad de comida que deben comer está alterado, por lo que es común que crean que están comiendo poco, cuando en realidad su consumo calórico es alto.
Esta población también tiende a sobreestimar su ejercicio, por lo que creen están gastando muchísima energía los días que realizan actividad física dándose así permiso a comer extra, cuando en realidad el gasto calórico no fue tan alto.
- ¡Vigile la cantidad… pero también la calidad!
Comer poquito no nos garantiza que estamos comiendo sano. Hay pacientes en consulta que aseguran que comen “poco” pero al preguntarles que comen, responden “pasta con salsa blanca”. Lo importante no es comer POCO, la importante es comer MEJOR. La densidad energética de los alimentos es la cantidad de energía que aporta por gramo cada alimento. Hay alimentos altamente calóricos tales como salsas blancas, carnes grasosas, frituras, repostería, etc. Estos alimentos, aunque se consuman en pequeñas cantidades, pueden estar aumentando su consumo calórico en hasta 500 kcal al día.
También pasa muy frecuentemente que las personas subestiman lo que come sólo porque es saludable, “light” o bajo en grasa. Al final del día lo que va a determinar su progreso es la cantidad de calorías que usted consume. Si usted sobrepasa su requerimiento de calorías, aunque sean alimentos saludables, probablemente no va a ver los resultados esperado. Los productos “light” tienen menos calorías o grasa que su versión normal, pero no por eso debemos abusar de ello. Respetar las porciones de alimentos saludables es indispensable a la hora de querer ver resultados en la composición corporal. Abusar de frutas, semillas, harinas integrales, barritas energéticas, mantequillas de almendra/ maní puede tener un efecto negativo en su peso. Recuerde que todo lo que usted consume en exceso y no gasta, su cuerpo lo reservará en forma de grasa.
La recomendación es comer de todo pero con medida. No limitar ningún alimento del todo a menos que sea por alguna razón patológica.
- No descansa lo suficiente
Cuando entrenamos estamos sometiendo a los músculos a un estrés no habitual. El ejercicio hace que las fibras musculares se rompan y recuperarse es la única manera de crecer de forma adecuada.
El cuerpo sufre ‘daños’ durante los entrenamientos. El descanso, y especialmente el sueño, permiten a tu cuerpo reparar esos daños. Esto significa que, si no descansas lo suficiente después del entrenamiento, tu cuerpo no será capaz de recuperarse, lo cual conllevará un debilitamiento permanente y un deterioro de los tejidos. Y ya no sólo hablamos de descanso como dormir bien, que es lo principal, sino también hacer descansos entre sesiones evitando que los músculos se entrenen más de lo necesario.
El descanso hará que la recuperación muscular sea más rápida y mayor, y con ella conseguiremos un mayor crecimiento muscular y un mejor rendimiento y predisposición en los futuros entrenamientos.
Como puede ver hay muchos factores que influyen en su composición corporal. Si usted siente que no está viendo los cambios deseados la recomendación es que consulte con su entrenador y nutricionista para poder hacer los cambios en sus planes tanto de entrenamiento como de alimentación. Buscar ayuda psicológica en caso que sienta que sus emociones y ansiedad le están jugando una mala pasada nunca está de más.