Asunción, 19 mar (EFE).- Ronaldinho Gaúcho cumple 40 años en una prisión policial de Asunción y con el fútbol sala como terapia, a la espera de que se resuelva su causa judicial por ingresar a Paraguay con un pasaporte falso.
El exdelantero brasileño del Barcelona, Milán y PSG, entre otros, nacido el 21 de marzo de 1980 en Porto Alegre, cumple prisión preventiva junto a su hermano y asesor de negocios, Roberto Assis Moreira, en la Agrupación Especializada, una sede de la Policía Nacional que funciona como cárcel y que alberga a 195 reclusos.
La sede policial es un solar de 14 hectáreas donde los reclusos pueden matar el tiempo practicando deportes a cielo abierto como fútbol, fútbol sala o voleibol y hacer caminatas.
En el caso de Ronaldinho, su preferencia es el fútbol sala, que practica en el patio del pabellón donde está junto a su hermano y otros 25 reclusos, con derecho a tres horas diarias.
Ronaldinho estaba muy entusiasmado con los partidos de fútbol en Europa y que siguió por televisión la clasificación a los cuartos de final de la Liga de Campeones del Atlético de Madrid con su victoria por 2-3 ante el último campeón, el Liverpool, en Anfield.
Sin embargo, esa fuente de ocio se detuvo con el parón mundial de las competiciones de fútbol a causa de la expansión del coronavirus.
Esta situación también ha afectado al sistema de seguridad de la prisión policial, donde, tras el muro de entrada, se ha instalado una mesa en la que dos empleados miden la temperatura y proveen gel a todas las personas que ingresan al recinto.
Asimismo, se han limitado las visitas -una sola por interno-, que en el caso de Ronaldinho ahora se ciñen a las de sus abogados.
No ha trascendido que el exfutbolista haya recibido visitas de familiares, si bien fue visitado antes de la cuarentena por el coronavirus por exjugadores paraguayos como Carlos Gamarra y Nelson Cuevas.
El jefe policial, que lo visita a diario como a los otros internos, destacó que Ronaldinho «en ningún momento se quejó (de su situación) en la cárcel».
«Siempre dice que está bien, que no le falta nada, que está muy a gusto, y que los demás le tratan muy bien, sin inconvenientes», explicó.
Ronaldinho y su hermano ingresaron el 4 de marzo en el aeropuerto de Asunción, en medio de un mediático recibimiento, con el objetivo de apoyar la presentación de un programa social a niños y niñas de Paraguay.
Ambos salieron de su país con documentos brasileños, pero en el aeropuerto de Asunción exhibieron pasaportes paraguayos «auténticos pero de contenido falso», según el Ministerio Público, que investiga la existencia de una red dedicada a ese delito.