Uso adecuado de los antibióticos

Es común escuchar frases como “tiene infección” o “para eso ocupa antibiótico”; y no es para menos, pues una de los principales motivos de consulta en los centros de salud son las enfermedades infecciones producidas por bacterias, las cuales deben ser tratadas con el uso de antibióticos.

En sus inicios, los antibióticos estuvieron íntimamente relacionados con Costa Rica, siendo el Dr. Clodomiro “Clorito” Picado Twight uno de los precursores en la invención de estas sustancias, que luego con la invención formal de la Penicilina por parte del Dr. Alexander Fleming, dieron paso a una nueva era en los tratamientos de enfermedades infecciosas, para beneficio de toda la humanidad.

¿Qué es un antibiótico?

Es una sustancia química producida por un ser vivo o derivado sintético, que mata o impide el crecimiento de ciertas clases de microorganismos sensibles, generalmente bacterias. Es decir, es una sustancia que impide que una infección producida por una bacteria crezca y además, se encarga de eliminar la infección ya existente.

¿Cómo funciona un antibiótico?

Esto dependerá del tipo de antibiótico, pues existen diversas familias o grupos. Algunos realizan su acción destruyendo la primer barrera de defensa de las células bacterianas, llamada PARED CELULAR; entre los cuales destacan la Penicilina y las Cefalosporinas (de uso muy común como por ejemplo la Cefalexina, Ceftriaxona o Cefixima). Otra manera de actuar es sobre la MEMBRANA CELULAR, que es la estructura que divide el interior de toda célula del exterior que la rodea, aunque estos son de escaso uso actualmente. El siguiente mecanismo de acción antibacteriana de los antibióticos es la ACCIÓN SOBRE EL ADN Y ARN BACTERIANO, es decir contra la información genética de la bacteria, lo que impide que esta como cualquier otro ser vivo se reproduzca y aumente su número; entre los antibióticos de uso común y de alta importancia terapéutica de este grupo se encuentran las Quinolonas, tales como la Ciprofloxacina, Levofloxacina y algunas más recientes como la Moxifloxacina, además de las sulfamidas, siendo las más conocidas la Sulfadiazina (utilizada principalmente en quemaduras) y el sulfametoxazol (asociado a Trimetropim se utilizó por mucho tiempo como tratamiento de elección para infecciones urinarias). Por último, el otro mecanismo es la ACCIÓN SOBRE LOS RIBOSOMAS, que son las estructuras que se encargan de sintetizar proteínas en las células, sustancias básicas para el crecimiento celular pues son las que median la formación de nuevo ADN bacteriano; en este grupo destacan algunos de uso muy común como lo son los Aminoglucósidos tales como la Neomicina, la Estreptomicina (parte del esquema de tratamiento para la tubérculosis y la Gentamicina); y los Macrólidos como la Azitromicina (infecciones respiratorias, de oídos y amigdalistis).

Uso adecuado de los antibióticos

Es muy común que a la consulta lleguen pacientes refiriendo cosas como: “es que en la farmacia me dieron este medicamento” o “es que a mi mamá le habían mandado este antibiótico y como no se lo terminó yo me lo tomé”.

Existen reglas básicas para que un tratamiento antibiótico sea realmente efectivo y favorable para el paciente, entre las cuales podemos citar:

  1. Deber ser recetado UNICAMENTE por un médico posterior a una valoración completa que determine la necesidad de utilizar dicho tratamiento y cuál es la opción más adecuada para el caso. Aun teniendo conocimiento sobre medicamentos un farmacéutico, y menos aún un dependiente de farmacia, tienen la facultad para indicar un tratamiento antibiótico.
  2. Siempre se debe de terminar el tratamiento completo, aun cuando a mitad del mismo ya hayan desaparecido los síntomas.
  3. NUNCA tomar un tratamiento que fue prescrito para otra persona y menos aún si dicho medicamento lleva varios días o hasta semanas guardado bajo condiciones que no son las adecuadas, es decir dentro de gavetas de la ropa, junto a los cuchillos de la cocina.
  4. No se recomienda combinar los antibióticos con las comidas ni tomarlos sin haber ingerido alimentos, lo ideal es esperar de 2 a 3 horas posterior a la ingesta de alimentos para mejorar la tolerancia gástrica a dichos medicamentos.
  5. En caso de no tolerar el medicamento o presentar algún brote cutáneo tras iniciarlo consulte inmediatamente al médico que le indicó el tratamiento para que sea este quien tome la decisión correcta a seguir.

Si se le da el uso correcto el antibiótico es un arma efectiva para el manejo de infecciones comunes como faringoamigdalitis, otitis, abscesos (diviesos), bronconeumonías y demás infecciones que tengan una causa bacteriana, tanto en niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.

Por el contrario, si se comete algún error en su uso y no se da un seguimiento adecuado por parte del paciente a las indicaciones del médico, se puede ser víctima de los efectos adversos que todo medicamento, natural o sintético, posee.

Tengamos siempre presente que con la salud no se juega y eso implica utilizar de manera responsable los medicamentos que el médico prescriba, siguiendo la dosis indicada y por los días indicados. Y más importante aún no automedicarse.

Dr. Victor Lizano Muñoz   http://www.doctorlizano.com

Medicina General