(EFE) El descenso del Rayo Vallecano a Segunda solo una temporada después de regresar a Primera puede resumirse en cinco claves:
1. Mala planificación deportiva.
La dirección deportiva acometió una profunda renovación en la plantilla para el proyecto de Primera, pero dejó una buena parte de las incorporaciones para los últimos días de mercado, lo que propició que Míchel, por una parte, no pudiera trabajar con sus jugadores durante julio y agosto, y por otra iniciara la Liga con un equipo de mínimos y dos derrotas antes del cierre de mercado.
La apuesta principal fue por el regreso de jugadores con pasado rayista (Amat, Gálvez, Abdoulaye Ba, Bebé, Tito y Kakuta) sin mucho protagonismo en sus anteriores clubes, futbolistas sin experiencia en Primera (Dimitrievski, Álvaro García, Pozo y José León) y la continuidad de algunos que ya en Segunda (Akieme, Javi Guerra y Lass) tuvieron poca participación.
El único refuerzo ilusionante fue el delantero Raúl de Tomás, que ya estuvo en Segunda, y el peruano Luis Advíncula, cuya irregularidad ha marcado su temporada.
2. Peor visitante de la categoría
El Rayo Vallecano solo ha sumado diez puntos lejos de Vallecas, dos menos que el colista, el Huesca. En su casillero de resultados figuran tres triunfos, un empate y catorce derrotas, con un balance de 14 goles a favor y 36 en contra. Ha sido el equipo que menos marca y más encaja.
3. Fichajes de invierno
El mercado de invierno fue una oportunidad fallida para el Rayo. Incorporó cuatro jugadores y solo el centrocampista Mario Suárez dio un salto de calidad a la plantilla y se asentó en el once titular.
El delantero argentino Franco Di Santo ha vivido a la sombra de Raúl de Tomás y terminó desaparecido de las convocatorias, el centrocampista nigeriano Uche Agbo tuvo unos problemas personales que le impidieron debutar hasta dos meses después de su incorporación y el central Alejandro Catena ni tan siquiera ha estado en una lista de convocados.
4. Fragilidad defensiva
66 Goles en 36 partidos es un balance muy negativo, con una media de casi dos por encuentro. El balón parado ha sido un quebradero constante para la defensa rayista, que nunca se ha terminado por asentar del todo con una alineación más o menos fija. Los errores en la salida del balón desde atrás y los fallos en zonas comprometidas del campo por falta de concentración también han influido negativamente.
5. Dependencia de Raúl de Tomás
De los 38 goles, 14 han llevado la firma de Raúl de Tomás, lo que refleja la dependencia del madrileño por parte del equipo. Los otros delanteros de la plantilla, Franco Di Santo y Javi Guerra, no se han estrenado, y el mediapunta argentino Oscar Trejo solo ha celebrado un tanto.
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