El Bayern se impuso este martes a domicilio (0-2) al AEK Atenas con goles de Javi Martínez y Robert Lewandowski, en un partido sin brillo en el que los bávaros, pese a la victoria, mostraron síntomas de inseguridad ante un rival claramente inferior.
Al final, el Bayern logró liquidar un partido que se le estaba complicando en un lapso de dos minutos, entre el 61 y el 63, cuando llegaron los dos goles que no parecían anunciarse en el horizonte.
El partido estaba marcado por la crisis que atravesó el Bayern con una racha negativa de cuatro encuentros sin ganar que interrumpió el sábado con una victoria a domicilio ante el Wolfsburgo.
El entrenador del Bayern, Niko Kovac, consciente de la situación, sacó al campo prácticamente la misma alineación que ante el Wolfsburgo renunciando a su costumbre la rotación permanente.
El único cambio fue la salida del lesionado David Alaba -con problemas de abductores- para dar paso a Rafinha como lateral izquierdo.
El partido empezó con una especie de declaración de intenciones de los dos equipos: una larga posesión del Bayern, que apostaba por el control, y, a los tres minutos, un conato de ataque del AEK que se inició con un pelotazo largo buscando que la segunda jugada desembocase en una oportunidad de llegar a puerta.
El Bayern tenía la pelota pero también dificultades para llegar a la portería rival con peligro y, a medida que pasaron los minutos, empezaron a aparecer imprecisiones en las jugadas de ataque.
En todo el primer tiempo, el Bayern sólo tuvo tres llegadas verdaderamente peligrosas. Un centro de Serge Gnabry en el minuto 18 que casi termina en gol en propia puerta, una llegada de Thiago tras un robo de pelota en el 26 y un remate de Gnabry al exterior de la red en el 39.
El AEK también tuvo una ocasión, en el minuto 20, con un remate desviado del argentino Ezequiel Ponce tras un pase largo.
El dominio del Bayern -que se expresaba casi en todas las estadísticas, como el 66 por ciento de posesión al término de la primera parte- era estéril y eso le dio confianza al AEKA, que comenzaba a atreverse a combinar en lugar de limitarse a los pelotazos descontrolados.
En el segundo tiempo la seguridad del Bayern pareció aumentar y el AEK incluso por momentos se arriesgaba a apostar por la presión alta para bloquear la salida de los bávaros.
Sin embargo, la primera vez que el Bayern logró apretar un poco en ataque en la segunda parte, Javi Martínez abrió el marcador de volea aprovechando un rebote tras un disparo de Robben.
El gol le devolvió el alma al Bayern, que casi inmediatamente dio el segundo golpe, en una jugada iniciada por Thiago que terminó con gol de Lewandowski, que definió a puerta vacía a centro de Rafinha.