Pocas veces ha ocurrido en la historia del deporte que un equipo con tan sólo dos años de historia logre su primer título en la élite. Fue lo que ocurrió con el Atlanta United, fundado en enero 2017 y actual campeón de la MLS.
Levantaron el título norteamericano el 9 de diciembre del 2018; ante 73.019 personas, el récord de asistencia a un partido profesional de fútbol en Estados Unidos y eso que el club nació casi por azar.
En el año 2009, el propietario de los Atlanta Falcons de la NFL, Arthur Blank, propuso a la MLS una ampliación de equipos en la que estuviera incluido un club de la ciudad de Georgia.
La MLS estudió la petición, pero concluyó que la propuesta de Blank no tenía los fondos ni las infraestructuras suficientes para crear un equipo de soccer en Atlanta. Blank, entusiasmado con la idea de crear un club de fútbol en una de las ciudades con más población inmigrante de Estados Unidos, decidió entonces vender a los Atlanta Trasher, un equipo de hockey-hielo que también poseía, en el año 2011, y desde entonces, empezó a invertir en el proyecto del United y en la creación de un estadio de élite que pudieran compartir su nuevo equipo con los Falcons.
Así nació el Mercedes-Benz Stadium, una de las instalaciones deportivas más lujosas del planeta que este año.
Blank apostó por un entrenador de fama internacional para liderar el proyecto: Gerardo Daniel «Tata» Martino, al que le prometió el mejor salario de un técnico de la MLS (cerca de los seis millones de euros) y una plantilla joven en la que los aficionados tenían voz para decidir los fichajes y los jugadores drafteados a través de la web del club.
En total, en dos años se gastó 30 millones de euros en jugadores, siendo Ezequiel Barco, un mediocentro argentino de 18 años proveniente del Independiente, el jugador por el que se hizo la inversión más cara cuando empezó el equipo (12,3 millones de euros).
Arthur Blank quiere seguir reinando en la MLS y, tras la marcha de Martino a la selección de México y por eso el mandatario apostó por Frank de Boer.
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