Entre lamento, tristeza y desilusión, Esteban Ramírez tuvo que lidiar con muchas cosas que llegaron a su mente una vez finalizado el compromiso de anoche ante Alajuelense, duelo donde San Carlos quedó eliminado y perdió la oportunidad del bicampeonato.
Una vez que los aficionados desalojaron las instalaciones del estadio Alejandro Morera Soto, Ramírez salió a la cancha muy pensativo. Observaba el terreno de juego, veía hacia los lados, daba pasos pequeños y luego regresó el camerino.
Según confesó el jugador norteño, lo que se hizo se trata como una especie de ritual que tiene de forma personal cada vez que es eliminado, independientemente del equipo contra el que jueguen.
“Es como un ritual que tengo en las ocasiones que quedamos eliminados con el equipo que esté, es una especie de lamento porque casi siempre se da que uno queda eliminado por errores ya algo a la cancha como para desahogarme yo solo y ver qué hubiese sido de esa cancha y entorno, pues teníamos la clasificación en la mano”; dijo Ramírez.
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“Para muchos, aparentemente, podrían decir que un tres a cero significa que nos pasaron por encima y, desde afuera, incluso, podrán decir que estoy equivocado, pero hay que estar dentro de la cancha para sentirlo, ya que, de cada duelo individual, usted se da cuenta si fue o no superior al rival”; agregó.
Ramírez logró jugar 1.060 minutos durante el torneo de Apertura, en donde fue una pieza fundamental para San Carlos y logró ser uno de los futbolistas más regulares en el club; no obstante, su deuda fue anotar, pues no logró batir las redes.
Fotografía: Prensa San Carlos
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