(EFE) Luis Suárez no podía haber elegido mejor momento para romper su sequía en la Champions League después de un año sin ver puerta en Europa. El delantero del Barça eligió como víctima al Liverpool, su exequipo, en el minuto 26 de la ida de las semifinales disputada en el Camp Nou.
Un centro bajo lateral de Jordi Alba lo intuyó como nadie Suárez. Tiró de instinto para lanzarse hacia un balón que cualquier otro jugador hubiera dado por perdido. No perdió la fe el charrúa, se coló entre los centrales y batió a Alisson.
Es su primer gol desde que marcara en la goleada de la ida de cuartos la temporada pasada ante la Roma. En los partidos de la actual, el gol se le había negado a Suárez. Ha roto un mal fario, pero le queda otro pendiente en la máxima competición continental: marcar fuera de casa, algo que no logra desde septiembre del 2015, precisamente también contra la Roma.
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