Bajo un cielo parcialmente nublado y con la típica brisa de mar porteña se llevó a cabo la edición 35 de la Clásica Sol y Arena Beach Run, que tuvo como protagonistas a los atletas César Lizano y Erick Villalobos, quienes se alternaron el dominio de la carrera, pero fue Villalobos el que logró al final apretar el acelerador para ganar por primera vez esta competencia de 9.2 kilómetros.
El pelotón salió con furia desde la calle La China con un grupo de siete corredores que fueron colocándose al frente de carrera, en este grupo ya venían con ansias de triunfo el veterano César Lizano y el corredor élite Erick Villalobos.
Lizano fue quien impuso el ritmo, esto tras casi 8 años lejos de la arena, se mantuvo en el centro y muy de cerca el resto del grupo. Sin embargo, Villalobos nunca lo perdió de vista y cuando vio que se soltó decidió seguirle el paso y a partir de ahí se vivió una lucha por dejarse la primera posición. Realmente la distancia entre ambos era mínima, en momentos aparecía Lizano adelante y en otros Villalobos.
No obstante, Villalobos se sintió mucho mejor y supo en qué momento atacar para apartar la sombra de Lizano e irse a meta sin contratiempos. Ya en el paso por el Muelle Villalobos se había adelantado y Lizano no pudo marcar más. Aun así la diferencia de la victoria de Villalobos fue de 14 centésimas. Villalobos frenó el crono en 32 «44’ y Lizano en 32» 58’. De tercero arribó Mariano Muñiz 34 «07 «.
“Muy contento porque es la primera vez que la ganó y se la dedicó a mi padre José Luis Villalobos, quien siempre me ha dicho que esta es la mejor carrera del país. La estrategia fue aguantar el paso a César, un gran corredor, incluso me pasó una novatada en la carrera porque se me soltaron los cordones, pero aun así seguí luchando y conseguí la victoria”, indicó el ganador.
Lizano, por su lado, señaló que fue una carrera dura y felicitó al vencedor Villalobos. “Luché hasta el final, pero él (Villalobos) se me fue ya por el Muelle. La verdad que feliz por haber vuelto y agradecido con la organización”.
Bautizo en la arena
En la rama femenina, Marisol Matarrita corrió por primera vez Sol y Arena y conquistó la primera posición con un tiempo de 44 «55 «.
Esta atleta vecina de Cartago comentó que en 33 años de estar corriendo nunca había podido competir en la clásica, pero que Dios tenía un propósito para este 2023.
“Agradecerles a mis papás, madrina, patrocinadores, a los que me apoyan, imagínese que nunca había podido competir acá por temas de trabajo y universidad. Logré venir y ganar, me llena de felicidad porque todo esfuerzo vale la pena. Felicito a la organización, todo estuvo muy bien”, sentenció Matarrita.
Este año en la Clásica Sol y Arena los atletas se vistieron de blanco para enviar un mensaje al país para el cese la violencia y la medalla tuvo un concepto de un caballito de mar tallado en madera.
FUENTE: Alexander Loría