(EFE) La Universidad Católica de Chile necesita este jueves una milagrosa goleada ante el Independiente del Valle ecuatoriano para remontar el 5-0 que encajó la semana pasada en Quito, en la ida de la segunda fase de la Copa Sudamericana.
Una gesta improbable para la UC, que en la capital ecuatoriana mostró su peor cara, especialmente en la primera parte, y recibió un varapalo que aún escuece en Santiago.
La UC lidera con solvencia y autoridad el campeonato chileno, pero no ha podido trasladar esa solidez a instancias internacionales, primero en la Copa Libertadores y ahora en la Sudamericana.
El técnico argentino, Gustavo Quinteros, ha tenido más días de lo habitual para preparar el choque porque la Católica no tuvo partido de liga en Chile el fin de semana pasado.
La estrategia, sin embargo, está clara y el equipo chileno necesita volcarse al ataque en busca de una avalancha de goles, pero al mismo tiempo resguardar su portería.
La misión ofensiva de la UC tendrá la ausencia del lesionado Edson Puch, uno de sus jugadores más desequilibrantes, que será reemplazado por el argentino Diego Buonanotte.
El media punta argentino tendrá la tarea de asistir a los tres jugadores de ataque: José Pedro Fuenzalida, el colombiano Duvier Riascos y César Pinares.
El Independiente del Valle jugará con la tranquilidad de los cinco goles de ventaja y su buen momento en el torneo ecuatoriano, en el que el fin de semana pasado superó al Delfín (0-1) y comparte el liderato con el Barcelona.
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