Londres, 12 feb (EFE).- Acostumbrado a que las noches europeas le cieguen y le reduzcan a equipo del montón, el Paris Saint Germain tornó su habitual somnolencia en el Viejo Continente en pesadilla y devoró a un Manchester United (0-2) absorto en un favoritismo que nunca existió.
Los parisinos, llevados de la mano del gran planteamiento de Tuchel, que cansó y maniató a los ‘Diablos Rojos’, dieron la estocada en una segunda parte que evidenció la mayor competitividad de quienes vistieron de blanco este martes.
Los goles de Presnel Kimpembe y de Kylian Mbappé dejan la eliminatoria de octavos de final prácticamente decantada, en la que Ole Gunnar Solskjaer, que vio rota su racha de once partidos invicto, necesitará de su primer milagro como entrenador del United para estar en cuartos.
Un minuto de aplausos, en homenaje al fallecido jugador argentino Emiliano Sala, dio paso a una primera parte en homenaje al juego duro y a la especulación clásica de las eliminatorias a doble partido.
El United, casi sin quererlo, se había impuesto el cartel de favorito ante las bajas de Neymar y Edinson Cavani y el PSG, con la urgencia de utilizar a Dani Alves en el extremo izquierdo, partía como la falsa cenicienta.
Solskjaer y Tuchel posicionaron las fichas y estas se encargaron de enzarzarse en una batalla que dejó de ser táctica para convertirse en una guerra de trincheras alejada del fútbol.
Y eso que se atisbó un amago de partidazo en unos primeros minutos marcados por un disparo de Ángel di María desviado y un intento de sorpresa por parte de Marcus Rashford que puso en tensión a Gianluigi Buffon, perenne en las porterías de Europa.
Pero la verdadera trifulca se montó en cada choque de piernas, denotando la presión de un duelo que pone en el disparadero los proyectos de Solskjaer y Tuchel.
Cinco amarillas en apenas 34 minutos mostraron la dureza del partido, que tuvo su punto álgido cuando estalló una pequeña tangana en campo del United. Ashley Young empujó en carrera a Di María, maltratado por Old Trafford por su pasado como ‘Diablo Rojo‘, y le estampó contra la valla. El inglés ya tenía amarilla, pero Daniele Orsato miró para otro lado y Young se fue de rositas.
El fútbol castigaría minuto más tarde a los locales, con las lesiones de Anthony Martial y Jesse Lingard; este último se tuvo que marchar -entró Alexis Sánchez– antes del descanso. Martial esperó al intermedio para dejar su sitio a Juan Mata.
Los franceses que habían percibido el inerte peligro del United, salieron en la segunda parte a acrecentar su dominio y comenzaron a pinchar en la tantas veces inestable defensa roja.
Di María arrancó a hacer estragos y el PSG dispuso de un cabezazo de Mbappé, prácticamente desaparecido todo el encuentro, que De Gea desvió a córner.
El saque de esquina, en el que el propio De Gea se quedó inocente bajo los palos, vio llegar a Kimpembe en el segundo poste y empujar a las redes la esperanza de los ingleses y la racha de Solskjaer con su primer gol como profesional en 96 encuentros.
Más aún se intensificó la crisis roja cuando Young, quien debía estar fuera en la primera parte, destacó sus carencias defensivas y permitió las flechas en forma de contraataques de los galos.
Marquinhos lanzó la bola, Di María llegó hasta el fondo y le puso la pelota en la frontal del área a Mbappé para que definiera el partido y quién sabe si la eliminatoria.
Y si no fuera por De Gea la ventaja francesa pudo ser mayor.
La vuelta, el próximo 6 de marzo, determinará si habrá milagro de Solskjaer o si el PSG volverá a su barrera psicológica de los cuartos de final. Ahora, la pesadilla, la tiene el United, que además no podrá contar con Pogba, expulsado por doble amarilla.
Lea también: Sergio Ramos cumplirá 600 partidos con la camiseta del Real Madrid.