(EFE). La decimoquinta edición de la Copa Oro de la Concacaf ya tiene desde esta noche a los nuevos finalistas tras la victoria que consiguió Estados Unidos por 3-1 frente a Jamaica en el partido revancha del partido por el título que jugaron en el 2017 ambos equipo, con triunfo también por 2-1 de las Barras las Estrellas.
Estados Unidos y México jugarán su sexta final en la historia del torneo, con marca de 4-1 favorable al «Tri», incluidos los dos últimos enfrentamientos que se dieron en las ediciones del 2009 y 2011.
Ahora, ocho años después, el duelo, que todos desean, especialmente los directivos de la Concacaf, que montan cada dos años un torneo, con demasiados viajes, muchas sedes en las que se juegan partidos de grupos de muy pobre nivel, vuelve a ser toda una realidad.
Pero, de eso se trata, ya que los organizadores preparan el torneo, que comenzó el pasado 15 de junio y finalizará el domingo, en el Soldier Field de Chicago, para que Estados Unidos, como país anfitrión principal, y México no se puedan encontrar nada más que si llegan a la final «deseada» en la que puedan definir que país está al frente del fútbol de la región.
Además, en la edición de este año, por primera vez habido 16 equipos, lo que ha hecho que el nivel futbolístico haya sido todavía inferior al de las anteriores.
Tampoco Estados Unidos y México, que llegó sin los mejores jugadores que tiene en el fútbol europeo, han mostrado un buen nivel, pero si fueron superiores a sus rivales e hicieron lo justo para llegar invictos a las finales.
Aunque el «Tri» tuvo que ganar el pase a las semifinales con un angustioso triunfo por penaltis (5-4) frente a Costa Rica, después que el tiempo reglamentario y la prórroga del partido diputado en el NRG Stadium de Houston acabó con empate a 1-1.
Lo mismo que le sucedió a Estados Unidos frente a Curazao, la revelación del torneo, que apenas lo pudo ganar por 1-0 en partido disputado en el Lincoln Financial Field, de Filadelfia.
México siguió con el mismo drama en las semifinales frente a Haití a quien sólo pudo ganar por 1-0, gol de penalti (polémico) que consiguió en el tiempo de prórroga el delantero Raúl Jiménez, y el equipo caribeño a falta de un minuto estrelló un balón en el travesaño del marco defendido por el arquero Guillermo Ochoa.
Pero México se aseguraba, con poco fútbol y muchas interrogantes, el merecido pase a la final de la Copa Oro, su novena, y en la que buscará el octavo título de campeón, que lo refuerce como el líder dentro de la Concacaf.
Estados Unidos, que defiende el título de campeón, tratará de revalidarlo y de esa manera empatar con México el número de trofeos ganados en el torneo más importante de selecciones, al tener ahora seis en su poder.
Mientras que el «Tri», en su nuevo proyecto bajo la dirección del entrenador argentino Gerardo «Tata» Martino, busca recuperar la dinastía dentro de la Concacaf y evitar tener la primera graves crisis dentro de un equipo al que, al menos en el torneo de la Copa Oro, el único resultado que le sirve es el de ser campeón.
México lo consiguió frente a Estados Unidos en 1993 (4-0), 1998 (1-0), 2009 (5-0) y 2011 (4-2), y lo perdió también frente a las Barras y las Estrellas en el 2008 (1-2).
Lo que significa que por estadísticas, el próximo domingo, México será el favorito a consolidar su hegemonía dentro de la Concacaf, algo que solo se lo podrá impedir el equipo de Estados Unidos, que también busca el mismo premio.
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