I Parte: Las piedras de una eliminatoria inolvidable

¿Cómo olvidar el gol de Rolando Fonseca en el estadio Azteca, el ímpetu de Rodrigo Cordero ante Honduras, el fuerte disparo de Mauricio Solís en Tegucigalpa o las dos inyecciones de Rolando Fonseca en el Ricardo Saprissa que nos llevaron a Corea y Japón 2002?

Todos aquellos momentos, para quienes ya habíamos nacido, quedarán en la memoria de cada uno de los amantes del fútbol costarricense. Goles que nunca se olvidarán, partidos espectaculares y un grupo lleno de calidad, liderazgo y buen fútbol.

Sin embargo, no fue un camino fácil. Un partido para el olvido contra Barbados y un duelo mano a mano contra Guatemala, nos obligaron a disputar un repechaje contra los chapines, en Miami. Finalmente salimos ganadores con solvencia, tras superar una senda realmente escarpada.

Después de algunas desilusiones previas a la eliminatoria, Gilson Nunes inició aquel proceso en el que tuvimos como rivales a Barbados, Guatemala y Estados Unidos.

Arrancamos contra Barbados con una derrota 2-1. Alexander Madrigal abrió el marcador, pero la Tricolor no logró mantener la ventaja y Barbados, faltando pocos minutos, dio vuelta a los números.

Ese resultado nos obligó a sacar victorias en los dos partidos en casa que seguían. Enfrentamos a Estados Unidos, en el Ricardo Saprissa, y a Guatemala en el Morera Soto. Ambos encuentros se ganaron con marcadores idénticos de 2-1.

Posteriormente, vinieron dos nuevos partidos. Recibimos a Barbados en el Ricardo Saprissa, en un encuentro que terminó con goleada de 3-0 en favor de la Tricolor; y el empate a cero goles contra los norteamericanos en Columbus, Ohio.

Pero todavía faltaba lo que parecía el último partido de la eliminatoria, en Mazatenango, Guatemala, en una dura experiencia para los seleccionados, después de pasar algunas dificultades fuera y dentro de la cancha, al enfrentar factores tan difíciles como la alta temperatura.

“Pasamos bombardeados por la crítica y muchas cosas que van a quedar ahí. En situaciones así es donde se prueban a grandes equipos”, expresó el motivador de la Tricolor, Germán Retana, en el documental “Así llegamos al Mundial”.

Aquel juego lo perdimos por 2-1, con dos anotaciones de Carlos Pescadito Ruiz, gran figura guatemalteca. El traspié provocó la destitución del técnico brasileño Gilson Nunes, relevado por su asistente Alexandre Guimaraes, quien tomó el timón de cara el mencionado repechaje en el Orange Bowl de Miami, en el día de Reyes, 6 de enero del 2001.

El marcador de ese repechaje (5-2) reflejó una clara superioridad de la Sele. Sin embargo, tras un primer tiempo muy complicado, el liderazgo, el buen fútbol y los goles marcaron la jerarquía nacional. Rolando Fonseca, Paulo Wanchope, Reynaldo Parks y Jafet Soto sellaron así la clasificación a la Hexagonal Final.