LaLiga.- “De pequeño yo te empecé a seguir, poco a poco me enamoré de ti. Cuando juegues siempre estaré a tu lado, no me falles Valencia, yo nunca te he fallado”.
Pocas frases de un cántico pueden ser tan descriptivas de la relación entre una afición y un equipo como lo son estas para el Valencia CF y la grada “che” (expresión utilizada en la región que podría traducirse por «oye»).
Un “no me falles Valencia” que es la pura expresión de la exigencia tan famosa de la hinchada valencianista, tan rigurosa con su equipo como fiel, pasional e incansable, y de ahí el “siempre estaré a tu lado” o el “nunca te he fallado”.
Este espíritu de exigencia va de la mano con el orgullo que siente la afición por la gran historia del club, que en varias ocasiones ha respondido a ella siendo capaz de tumbar a los gigantes del viejo continente. Títulos nacionales y europeos que lograron posicionar en varias ocasiones al Valencia CF como un referente mundial del fútbol, y si algo queda claro, es que la afición se niega a ser menos que esto.
Es más, si la cara es el reflejo del alma, Mestalla es el reflejo del sentimiento “che”. Y es que muy pocas aficiones pueden decir que poseen uno de los mejores estadios de Europa, posición que no le otorgan únicamente los valencianistas.
En 2016, el diario británico The Daily Telegraph publicó un ranking sobre los 20 mejores estadios de fútbol de Europa. En este listado, Mestalla ocupa nada menos que el segundo lugar.
El prestigioso rotativo definió a la afición del Valencia CF como «la más exigente de España con más ambiente» y que cuenta «con las gradas con mayor inclinación en comparación con cualquier otro campo importante en Europa que te dejan sin respiración, incluso si las has visto mil veces”.
Por si fuera poco ser el segundo mejor estadio de Europa, Mestalla es a la vez el más antiguo de la Primera División de LaLiga. Inaugurado en 1923, la gran casa del valencianismo que fue bautizada así por una de las acequias que regaban la huerta de la ciudad, ya cuenta con más de 95 años de historia.
La última remodelación y lavado de cara realizadas por el club, lo convirtieron en un templo del blanco, negro y naranja, creando un coliseo que combina a la perfección con las calles abarrotadas de valencianistas en cada día de partido, donde estadio y afición dan su “do de pecho”.
El recibimiento que la afición brinda al equipo local es capaz de encender al “murciélago” (término por el que se les reconoce a los “valencianistas” en honor a su escudo) más frío y sembrar la incertidumbre en el rival, que en este preciso momento descubre que tendrá que jugar contra más de cuarenta mil valencianistas… Sin ni tan siquiera haber comenzado el partido.
Y es durante estos 90 minutos, donde el templo blanquinegro da todo de sí. Lo que comienza en un tono “festivo” gracias a las bandas de música que suelen amenizar los momentos previos del partido, se torna en pasión y presión por parte de las gargantas valencianistas.
La hinchada “che” es, sin duda, una de las más presentes y protagonistas en cada encuentro, haciendo entender rápidamente por qué este campo es reconocido como una de las “calderas” de LaLiga.
Una intensidad que enamora a cada aficionado al fútbol que visita este coliseo en cada día de partido.
Mestalla es el ejemplo de que no es necesario ser el estadio más grande o el más vanguardista para ser uno de los mejores lugares donde disfrutar de un partido de fútbol.
La magia la aportan la atmósfera de la afición y las historias que ahí se han vivido, y el templo “che” es incomparable en este sentido.
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