La Sele Sub 23 realizó su primer entrenamiento en Francia

Del avión a la cancha: tal y como impone el ritmo de vértigo del fútbol internacional, la Selección Sub 23 apenas tuvo tiempo de recuperarse del viaje trasatlántico para realizar su primera práctica en Francia de cara al Torneo Maurice Revello.

La delegación tica arribó al sur de Francia el viernes a la medianoche y este sábado por la tarde entrenó en el estadio Jules Ladoumegue de la localidad de Vitrolles, con el jet lag como gran rival a vencer.

La Tricolor debutará el próximo lunes a las 2 pm hora local (6 am de Costa Rica) en este prestigioso certamen para futbolistas jóvenes, que anteriormente era conocido como Esperanzas de Toulón. Sin embargo, ahora se realiza en otras localidades cercanas al Mediterráneo y tomó como denominación oficial el nombre de su fundador, Maurice Revello, con el puerto de Marsella como centro de operaciones.

El grupo de 22 convocados se encuentra en óptimo estado y ensayó parte del guion táctico que empleará en el primer partido, contra Venezuela. Completan el Grupo A Francia (rival del jueves) y Arabia Saudita (el domingo de la próxima semana).

El preparador físico Adrián Acosta explicó que en esta recta final están enfocados en detalles para tener el equipo listo de cara a la competición. “Cuando el partido está tan cerca, en la parte técnica pasamos de lo general a lo específico. Y en la parte física, es cuidar que se alimenten bien, que descansen bien y que lleguen listos. Ellos son conscientes y si uno les da la información clara, lo asimilan de la manera correcta”, explicó.

Por su parte, el delantero Anthony Hernández es uno de los jugadores de mayor experiencia en el plantel, conformado por futbolistas nacidos a partir del 1 de enero de 2001.

“Llego muy contento y agradecido por esta nueva oportunidad para representar a mi país, más en este torneo que es tan importante. Venimos convencidos de hacer un buen papel y dejar a la Selección en lo más alto”, comentó el atacante porteño luego de la sesión de práctica.

Al fondo del campo de entrenamiento, un imponente castillo que descansa sobre un peñón daba un aire medieval y vigilaba el sueño de un equipo tico que llegó a Francia para competir y conquistar.

FOTO Y FUENTE: PRENSA / FCRF