La Sele avanza a siguiente ronda de Liga de Naciones con lo justo

Los nacionales encimaron a los haitianos durante los primeros minutos de juego, mostraron más elaboración y se aprovecharon de la velocidad de Johan Venegas por punta derecha para tratar de profundizar las acciones.

Haití, por su parte, eran un equipo que quisieron buscar faltas para acudir a las jugadas a balón parada, incluso tuvieron tres acciones que pudieron haberle hecho daño a los jugadores nacionales.

La Sele tenía un buen pasabola, generaron alternativas que pudieron haber finalizado en anotaciones, pero eran víctimas de la falta de precisión y la carencia de contundencia en el último cuarto de cancha.

El cotejo se equilibró cuando corría el minuto 20, pues la representación haitiana vino de menos a más y tomaron confianza, se plantaron mejor en el terreno de juego y referenciaron a los jugadores más participativos en la Tricolor.

Hubo jugadores que tenían notas positivas en la primera parte, por ejemplo Ronald Matarrita, el cual generó aproximaciones por medio de la velocidad en el costado izquierdo, lanzaba centros y hasta estuvo cerca de abrir la cuenta.

Pero el momento que todos los costarricenses esperaban llegó cuando corría el 26’, cuando se generó una jugada de táctica fija a favor de La Sele, Dylan Flores se encargó de cobrar, vio los movimientos de sus compañeros y Francisco Calvo finalizó el centro con su cabeza para así anotar el primer gol del juego.

Gracias a esta anotación, la Tricolor recobró la confianza y empezó a generar un fútbol más elaborado para aproximarse de nuevo al marco que protegía Johnny Placide, pero los defensores haitianos lo impidieron.

No obstante, el partido se emparejó al 36’ luego de un error por parte de Giancarlo González cuando tocó el balón con su mano dentro del área. El juez central pitó penal y de esta manera Duckens Nazon marcó el empate.

Costa Rica tuvo un saldo positivo por la generación de fútbol que realizó en la primera parte, pero el hecho de no aprovechar esas acciones al final repercutió bastante, pues los haitianos terminaron con el control del juego.

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La etapa complementaria fue muy diferente en cuanto al accionar del combinado patrio durante la primera mitad, pues en esta ocasión, parecía que la pasada por los vestuarios hizo que bajaran sus revoluciones.

Ronald González pedía más intensidad, que pensaran más las jugadas y que recobraran la confianza dentro del verde, ya que Haití estaba superando a Costa Rica, especialmente en la zona medular.

El conjunto tico perdió el manejo del balón, era un ambiente tenso el que se vivía en las tribunas del estadio Ricardo Saprissa, pues la afición sabía que los haitianos estaban superando a los ticos.

González optó por hacer variantes en el terreno de juego, sabía que en el medio campo los haitianos estaban superando a la Tricolor. Sacó a Dylan Flores, Johan Venegas y Randall Leal e ingresó a Jonathan Moya, Marvin Angulo y José Miguel Cubero.

Duckens Nazon tuvo la oportunidad más clara para remontar el cotejo al 70’, luego de un potente remate que desvió Esteban Alvarado y el balón quedó en sus pies, no dudó en rematar e incluso anotó, pero estaba adelantado.

Haití seguía cerrando el mediocampo, la referencia que tenían de los volantes costarricenses era muy buena y acudieron a la presión alta con el propósito de invadir el territorio tico.

Era un concierto de errores en salida el que efectuaron los centrales ticos, rechazaban balones a nada y, a partir de eso, Haití lograba rearmarse y complicaban el accionar de Costa Rica.

Los haitianos seguían insistiendo en el ataque, tenían un juego más verticalizado y probaron suerte con transiciones rápidas que les permitieran hacer centros para buscar a sus jugadores más altos en ofensiva.

Pese a eso, Costa Rica tenía chispazos en el cotejo que les generaron buenas alternativas en el último cuarto de cancha, especialmente cuando hacían transiciones que rompían el bloque defensivo de Haití.

Cuando corría el 84’, parecía que caía un bálsamo de tranquilidad en las filas de la Tricolor, pues recobraron la confianza y tuvieron buenas aproximaciones, eso propició que la afición también se metiera el juego.

Poco antes de finalizar el compromiso, Jonathan Moya anotaba para la Selección Nacional, pero el silbatero determinó una inexistente posición prohibida, lo cual generó muchas dudas tanto para los jugadores como para los aficionados.

De esta manera finalizó el cotejo, en donde Costa Rica logró avanzar a las semifinales de Liga de Naciones, pero dejando “los pelos en el alambre”, pues Haití desnudó muchas falencias que deberán corregirse en la Tricolor.

Fotografía: Adrián García

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